Presidenta del Banco Central ve que la economía alcanzó una fase de estabilización, pero advierte un “desafiante” 2024
En un seminario de Sofofa y la UDD, Rosanna Costa afirmó que “es indudable que la Tasa de Política Monetaria (TPM) seguirá reduciéndose”.
- T+
- T-
Un completo repaso por la coyuntura económica reciente, con una dosis de cierta cautela, hizo este miércoles la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, en el marco del seminario anual que organizan la Sofofa y la Universidad del Desarrollo.
Desde la perspectiva de la actividad, la autoridad destacó como el país ha avanzado en la resolución de sus balances, con una economía que -en términos agregados- “vuelve a ratificar que se encuentra en una fase de estabilización”; mientras que, en materia de precios, afirmó que “los avances en el control de la inflación han sido importantes, (pero) este proceso aún no termina”; y que “transitamos hacia un 2024 desafiante, en un entorno global incierto”.
Todo lo anterior en un marco donde hay claras diferencias con el escenario de hace un año, lo que debiera verse especialmente reflejado en el nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM) que publicará el ente emisor el 20 de este mes.
“Si bien los avances en el control de la inflación han sido importantes y podemos perfilar su convergencia, de no mediar eventos inesperados, este proceso aún no termina. Debemos ser minuciosos para concretar su convergencia a la meta de 3%”, sostuvo Costa.
Hace doce meses, cuando también participó en este evento, Costa recordó la situación económica era “difícil”. Tras la sucesión de varios shocks internos y externos, había desequilibrios “importantes” y la inflación anual se ubicaba en torno al 13%, algo más baja que el 14,1% que registró en agosto de 2022. La política monetaria había reaccionado con fuerza, aumentando significativamente la Tasa de Política Monetaria (TPM), hasta 11,25% en octubre de 2022.
Pero hoy, por ejemplo, la inflación anual está en 5% y, además, las expectativas a dos años plazo hayan vuelto a alinearse con la meta de 3%. “Es una buena noticia, pues refleja una correcta evolución de la macro y la validez de las medidas adoptadas para contener la inflación. Además, coopera en una correcta transmisión de la política monetaria hacia la economía”, afirmó la economista.
Y, este punto, dijo, “es indudable que la Tasa de Política Monetaria (TPM) seguirá reduciéndose” desde el 9% actual.
En el plano fiscal, Costa consideró pertinente destacar el proceso de consolidación, que ha ayudado a resolver los desequilibrios, “pero que además es esencial para continuar mejorando las condiciones de financiamiento al resto de los agentes económicos”.
Pese a los avances, la presidenta del ente emisor advirtió que hay una serie de desafíos por delante y los riesgos no son menores.
Un primer factor a considerar, precisó, es el hecho que la acción de los bancos centrales y la reacción de la inflación no ha sido igual en todas las economías, lo que tiene implicancias tanto en el nivel actual como en el esperado de las tasas de interés de las diferentes naciones, poniendo presión sobre las monedas vía los movimientos en el diferencial y estrechando las condiciones crediticias.
Otro elemento es la evolución de la economía local y qué tendencias se pueden extraer a partir de la información económica observada, sostuvo Costa. Y tanto el crecimiento del PIB de 0,6% anual en el tercer trimestre, que reconoció “levemente mayor a lo que habíamos previsto en septiembre”, como del Imacec de octubre, que registró un aumento de 0,3% anual, “muestran una economía que, en términos agregados, vuelve a ratificar que se encuentra en una fase de estabilización”.
De todos modos, advirtió que subyace a este resultado la heterogeneidad habitual que se da entre sectores económicos.
Así, mencionó que la puesta en marcha de Quebrada Blanca Fase II, entre otros elementos, ha dado algo de mayor impulso a la producción cuprífera, el impacto positivo de la mayor disponibilidad de recursos hídricos en la generación de electricidad y la resiliencia de distintas ramas ligadas a los servicios, a lo que en el margen se suma industria, “aunque sin la fuerza suficiente para considerar esto último una clara tendencia. Asimismo, varias líneas del comercio muestran un incipiente repunte, aunque todavía este sector exhibe un dinamismo acotado”.
En cambio, reparó en que el sector construcción “ha seguido debilitándose. La situación en este rubro y en el inmobiliario se ha visto afectada de las alzas de costos del año pasado, el deterioro de la demanda y las restricciones de financiamiento”.
Los puntos a tener en cuenta
Ya en el terreno de las reflexiones finales, Costa mencionó dos temas respecto a 2023: “El primero, no olvidar la experiencia desafiante y adversa que implicó convivir con una inflación considerablemente elevada”.
Hace solo unos meses la inflación estaba entre las principales preocupaciones de los hogares y las empresas, recordó, junto con destacar que “el impacto fue aún mayor para las familias de menores recursos, quienes vieron muy afectado su poder adquisitivo. Es importante recordar los tiempos difíciles, para evitar repetirlos y sacar lecciones”.
El segundo punto, enfatizó “es recordar que, si bien los avances en el control de la inflación efectivamente han sido importantes y podemos perfilar su convergencia, de no mediar eventos inesperados, este proceso aún no termina”.
La inflación se ubica en 5% anual y “debemos ser minuciosos para concretar su convergencia a la meta de 3%, pues es una condición que permite que la economía se desarrolle a todo su potencial”, argumentó la autoridad.
Y, en este contexto, sostuvo que “transitamos hacia un 2024 desafiante, en un entorno global incierto, que nos ha mostrado en lo reciente su sensible reacción a distintos eventos económicos y financieros, todo lo cual repercute en los mercados locales”.
A juicio de Costa, “es necesario que vayamos evaluando cuidadosamente la evolución de la macro, extrayendo las tendencias que nos indica la información que vamos recibiendo y cuáles son sus implicancias para la inflación y su convergencia a la meta, lo cual ha sido más complejo en el último tiempo, dado que hemos debido conducir la economía transitando entre shocks intensos, sucesivos y poco frecuentes”.
Una economía que recupera su equilibrio permite que la actividad retome mayores tasas de expansión y se desarrolle acorde con su potencial, resumió y, por lo mismo, -agregó- “es fundamental que pongamos atención en el crecimiento de mediano plazo y en las formas en que podemos incrementarlo”.
Sobre este aspecto, adelantó que en el próximo IPoM -además de dar luces respecto de la forma que tendrá el proceso de reducción de la tasa de política monetaria-, se informará una revisión de los parámetros estructurales de la economía, incluyendo el crecimiento de mediano plazo o tendencial y el nivel neutral de la tasa de interés.